RECOMENDACIÓN DE LA SEMANA
Yo, Daniel Blake: La realidad plasmada en la pantalla

Yo, Daniel Blake (2016) es una película de género dramático con una ejecución mínima pero llamativa, centrada en la denuncia social. Narra la historia de un hombre viudo de 59 años (Daniel Blake) humilde, sin hijos ni familiares cercanos, que le dedicó varios años de su vida al trabajo de carpintería. Sin embargo, cuando en una de sus jornadas laborales sufre un paro cardíaco, los médicos le recomiendan tomarse un descanso por su seguridad y es allí cuando se ve en la necesidad de pedirle un subsidio al Estado.
Una tarea que parecía fácil y rápida, en realidad, se convierte en una gran dificultad puesto que los operarios del Departamento de Trabajo y Pensiones no le brindan ninguna solución rápida, dándole muchas vueltas para obtener tal beneficio económico.
Hasta que en una de sus visitas, ya desamparado e indignado, Daniel se encuentra con Katie, una madre joven, soltera, que vive en condiciones vulnerables y también fue ignorada por el sistema burocrático. Es allí cuando Blake decide ayudarla, con lo poco que tiene a su alcance, y se crea un lazo de amistad y acompañamiento mutuo.

El film fue dirigido por el británico Ken Loach, quien se caracteriza por tratar problemáticas sociales puras de la realidad, como la desigualdad, la injusticia, la falta de derechos y las condiciones de la clase trabajadora frente al sistema. Ha relatado en diversas ocasiones episodios significativos de la historia mundial, como la independencia de Irlanda, en El viento que acaricia el prado (2016) o la Guerra Civil Española, en Tierra y libertad (1995).
Con respecto a las actuaciones, Dave Johns (Daniel Blake) y Hayley Squires (Katie) no son artistas reconocidos por las grandes pantalla. Sin embargo lograron interpretar a sus personajes de manera eficaz, con buena esencia y acentuación de rasgos característicos. Supieron poner en escena el guión escrito por Paul Laverty, quien ya trabajó con el británico Loach en otras oportunidades, con diálogos simples, bien argumentados y cotidianos de la oralidad. El film evita que los personajes se definan por sus condiciones económicas y se enfoquen otros valores básicos como la empatía, la dignidad y la humildad.

Aunque por momentos algunas escenas son lentas y el final deja que desear, Yo, Daniel Blake es obra de arte para recomendar: una historia totalmente realista, concreta y conmovedora que invita a reflexionar.
A pesar de tener casi 9 años desde su estreno, la película refleja una realidad que sigue vigente hoy en día, tanto en Argentina como en otros países: una denuncia social donde la quita de políticas sociales y la falta de acceso a derechos básicos afectan diariamente, profundizan las desigualdades sociales y mantienen viva la lucha del pueblo.
Actualmente esta próximo a estar disponible en Movistar Plus + .
Por Agustina Martinez