El vicerrector de la UNGS también explicó que más del 90% del presupuesto universitario está destinado a sueldos de personas. Es decir que el Estado ya sabe exactamente a qué se destina dicho presupuesto, se conoce en qué se gasta, en otras palabras ya está auditado. Al mismo tiempo por la política devaluatoria del gobierno esos sueldos quedaron atrasados hasta el 50% con respecto al año anterior muy por debajo de la canasta básica. 

Durante mi participación me pareció importante remarcar como estudiante y desde mi experiencia que no es necesario graduarse para que la universidad te transforme como persona. Con cursar incluso una materia de cualquier carrera, salís a la sociedad completamente diferente a aportar algo mejor de como entraste en ella, con esto busque contrarrestar el argumento del gobierno sobre la cantidad de estudiantes que cursan y cuántos se gradúan y si conviene invertir en educación. Y en nuestra opinión siempre conviene. 

Cabe mencionar que durante cualquier otro gobierno la discusión del gasto en educación se establece en torno al aumento de la paritaria docente y del gasto de funcionamiento como lo fue siempre para que la inflación no reduzca el salario, esto sucedió  incluso durante el gobierno de Mauricio Macri. La estrategia Milei busca llevarnos a retroceder y discutir como si el mismo funcionamiento de las universidades produjera un gasto inmenso, insostenible y desmesurado pareciera que las universidades tuviesen la capacidad de poner en riesgo el equilibrio fiscal.

Pero si lo comparamos con cualquier otro presupuesto que esté gobierno destina otras áreas, como la reducción de retenciones al agro, el blanqueo de capitales, el RIGI, los 100 millones de dólares que declaró mercado libre que recibe del estado, los casi 15 puntos en exenciones impositivas a multinacionales, el bono BOPREAL o la descabellada compra de aviones en desuso. Lo que pretende destinar el Gobierno Nacional al presupuesto universitario es increíblemente menor, prácticamente nada. Se vetó la ley de financiamiento universal que representaba sólo un 0,18 % del gasto,lo que no tiene sentido en términos presupuestarios. 

Sin embargo, en los medios hacen hincapié en qué vehículos adquieran las universidades, que eventos culturales se financiaron o que tipo de investigación se realizó con el dinero de las becas. Si esto fuese un parcial y este chivo expiatorio estaría rindiendo un final quedaría completamente desaprobado.