LA MAGIA DE LO IMPREVISTO

Antes del amanecer es un film que convirtió al 16 de junio en una fecha significativa para quienes, alguna vez, creyeron en esos encuentros del destino que lo cambian todo. 

Dentro de la industria cinematográfica y el mundo audiovisual abundan las historias de amor. Muchas (o más bien una gran mayoría) repiten la “vieja confiable” del amor imposible: diferencias de clase, enfermedades, distancias o amistades que se transforman.

Sin embargo, hay una que se diferencia del resto, que es icónica, inimitable y difícil de replicar. Antes del amanecer (1995), dirigida por Richard Linklater,  es un film que no solo dio inicio a una trilogía profundamente honesta sobre los vínculos, sino que también convirtió al 16 de junio en una fecha significativa para quienes,alguna vez, creyeron en esos encuentros del destino que lo cambian todo. 

La historia ocurre el 16 de junio de 1994, con dos personas completamente desconocidas viajando en un mismo tren, rumbo a destinos distintos y por motivos diferentes. Tras un pequeño incidente con unos pasajeros, Celine (interpretada por Julie Delpy) decide cambiarse de vagón, y es ahí donde cruza unas miradas con Jesse ( Ethan Hawke) , quien se anima a iniciar una charla y tiene éxito. Todo transcurre con naturalidad: dos desconocidos conversando para matar el tiempo y aburrimiento del viaje. Hasta que llega la parada de Jesse  y él le propone pasar el día juntos en Viena, seguir conociéndose y disfrutar del lugar.  Una especie de aventura juvenil, propia de  veinteañeros con ganas de vivir el momento.

¿Pero qué tiene de distinto a otros films similares? ¿Cuál es esa magia particular que nadie puede replicar? Antes del amanecer  logra conectar con el espectador con los principales elementos y bien ejecutados. Demuestra que no se requieren efectos ni vueltas rebuscadas. Solo basta con lo esencial, buenas actuaciones, producción, guión narrativo y la dedicación por el proyecto. 

A medida que Céline y Jesse recorren la ciudad, sus charlas se vuelven más íntimas, donde comparten sus miedos, deseos, cómo entienden el mundo y el amor.  La cámara los acompaña a distancia, con planos secuencia por los alrededores de la ciudad, casi como si fuésemos testigos silenciosos de aquella aventura.

No hay escándalo, personajes secundarios que generen conflicto, escenas sexuales,ni grandes giros de trama. Solo son dos personas que por casualidades de la vida comparten y viven el momento.  De hecho ambos son plenamente conscientes de que ese momento es efímero y terminará antes del amanecer, tal como lo pactaron. Sin promesas a futuro ni intentos de un vínculo a largo plazo.

Lo que realmente atrapa es la química que construyen Céline y Jesse a través de las miradas, de los dialogos largos y silencios compartidos. Se gustan por lo que son tanto por dentro como por fuera. 

Sin dudas otro de los motivos por los que nadie ha logrado copiarla es porque nace de una experiencia real que vivió el propio director en 1989.

Durante un viaje a Filadelfia para visitar a su hermana, Richard Linklater conoció a una joven de 20 años llamada Amy Lehrhaupt, en una juguetería. Al igual que en el film, ese cruce de miradas dio paso a una conversación (sobre ciencia, arte, cine) que se extendió durante horas mientras recorrían la ciudad. 

Entonces, retomando el disparador del inicio —¿cuál es esa magia particular que nadie puede replicar?—, lo cierto es que no hay nada mágico en una trama donde dos desconocidos se atraen con la mirada y comienzan a charlar.
Sin embargo hay una secuencia narrativa tan íntima y humana que logra traspasar la pantalla al punto de que nosotros, los espectadores, llegamos a pensar que “son tal para cual”.

Pero la historia entre ambos personajes continúa con Antes del atardecer y Antes del anochecer, en otros lugares, etapas, con nuevas preguntas y perspectivas de la vida y el amor.  Un relato que no idealiza ni romantiza lo perfecto, sino que muestra lo real. 

Si nunca la viste, te estás perdiendo una joya. Y si ya la viste, quizás hoy, 16 de junio, sea el mejor momento para volver a ella…antes de que amanezca. 

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