Fragmentos de la historia: Villa Flandria

Hacia 1928  se instala en Jáuregui la empresa Algodonera Sudamericana Flandria S.A. Sería el punto de partida de lo que se conoce como Villa Flandria. La vida de esa empresa se relaciona directamente con la historia de los pueblos que la circundan.   

Por Pedro Parentti

Jules Adolf Steverlynck, más conocido como Don Julio Steverlynck había nacido el 04 de octubre de 1895 en la ciudad de Cortrique situada en la provincia de Flandes Occidental (Bélgica) muy cerca de la frontera con Francia. 

Cuando en la década del ´20 inicia sus emprendimientos empresariales en la Argentina ligados a la industria textil, los hace en sociedad con otros empresarios de origen belga y españoles. Desde el año 1924, la manufacturera textil denominada Algodonera Sud Americana Flandria S.A. inició su actividad en un local de Valentín Alsina, provincia de Buenos Aires. 

Posteriormente, debido a la expansión de la producción, se plantea la necesidad de ampliar la planta industrial, motivo por el cual se realizó la adquisición de tierras cercanas al Río Luján en la localidad de Jáuregui.   

La Argentina, transitaba por entonces, una larga etapa de desarrollo y expansión del denominado modelo económico agroexportador iniciado en las dos últimas décadas del siglo XIX. Los volúmenes de las exportaciones de carnes y cereales con destino al mercado europeo, especialmente el británico, aceleraron su ciclo expansivo de tal modo que, se correspondía con la denominada señalización de la Argentina como granero del mundo y el optimismo vertido por Leopoldo Lugones en 1910 en su Oda a los ganados y a las mieses.

Museo Textil Algoselan Flandria - Foto: www.parqueflandria.com.ar

Hacia 1928, en el mismo lugar donde había funcionado primero un Molino Harinero hasta 1915 y después una manufacturera de producción de casimires hasta 1923, se instala en Jáuregui la empresa Algodonera Sudamericana Flandria S.A. a cuyo frente se encontraba el belga Julio Steverlynck. Sería el punto de partida de lo que se conoce como Villa Flandria, en la cual la vida de la empresa se relaciona directamente con la historia de los pueblos que la circundan.   

La instalación del establecimiento fabril se hizo sobre el margen izquierdo del Río Luján y, a partir de allí se fueron construyendo las viviendas del primer personal de la empresa. Hacia 1928 se realiza un loteo de las tierras ubicadas entre el Río Luján y la estación Jáuregui, destinadas a nuevos habitantes pero con preferencia a los trabajadores de la fábrica. 

Se iniciaba así un plan de urbanización promovido desde la empresa a través del otorgamiento de préstamos a los obreros. De algún modo el proyecto empresarial de Steverlynck tenía como referencia el modelo de fábrica impulsado por León Hamel en su empresa textil a fines del siglo XIX en Val des Vois, cerca de Reims, Francia.

De acuerdo con dicho modelo, debía conformarse una asociación de intereses entre los representantes de la empresa y los obreros para que, de ese modo, se conformará una comunidad en el proceso productivo industrial. A ello se agregaría la creación de diversas instituciones que funcionarían por fuera del ámbito fabril (educativas, sociales, culturales, religiosas, deportivas), cuyo objetivo era preservar a los trabajadores de las consecuencias sociales más negativas del proceso industrial. En el mismo sentido, la creación de la Caja de Previsión, la de Familia y el Consejo de Fábrica, apuntaban al bienestar de los obreros y evitar escenarios de conflictos.   

Parque industrial de Villa Flandria

Por otro lado, los principios de la doctrina social desarrollados en la Carta Encíclica  Rerum Novarum (1891) a través del Papa León XIII, también fueron fuente de inspiración de Steverlynck para la creación de la comunidad de Villa Flandria. En dicho documento de la Iglesia se expresaba, entre otros aspectos, la necesidad de que “Los mismos patronos y obreros pueden hacer mucho en esta cuestión, esto es, con esas instituciones mediante las cuales atender convenientemente a los necesitados y acercar más una clase a la otra. Entre las de su género deben citarse la sociedad de socorros mutuos y (…) preferentemente las sociedades de obreros que comprenden en sí todas las demás¨.  

La concepción de un espacio donde se iría configurando un entramado comunitario entre el ámbito de trabajo de la empresa y los trabajadores tiene raíces en ambos idearios pero, sobre todo, de la doctrina social de la Iglesia que impulsaba el armado de un tejido de contención social de los obreros y sus familias con el objetivo de alejarlos de la conflictividad por cuestiones laborales con los empresarios y preservarlos del accionar de las organizaciones sindicales de orientación comunista y socialistas. 

Desde esta perspectiva, el proceso de construcción de lo que, con el tiempo se reconocería como Villa Flandria, constituye la materialización de una utopía de carácter paternalista pensada y dirigida por Julio Steverlynck. Así quedaría expresado en la frase latina Labor omnia vincit improbus adoptada como lema de la empresa y reproducida en la Revista de Villa Flandria El Telar fundada el 7 de abril de 1935. Dicha frase es una cita de la obra Las Geórgicas de Virgilio (70 a.C-19 a.C) que, refería  a las labores rurales, en particular de la agricultura, donde el trabajo duro y  constante lo vence todo.  

Como ya se dijo con anterioridad, la primera y principal preocupación de este proyecto impulsado desde la empresa textil instalada en Jáuregui, fue la de resolver la demanda de viviendas que generó el crecimiento poblacional por la actividad de la industria en la zona. Este interés puede ser visto como parte de una necesidad de la propia dinámica productiva y comercial de la empresa en relación a los requerimientos de la mano de obra. 

Telar de algodon

En este sentido, la radicación de los trabajadores y sus familias en cercanías de la empresa aseguraba la disponibilidad inmediata de la mano de obra, Pero, a la vez, contribuiría al proceso de socialización que conformaría una comunidad a partir del accionar de los espacios institucionales que promovían la integración colectiva. 

Las publicaciones de El Telar,  órgano de difusión de la empresa, dan testimonio de las instituciones que se fueron creando a partir de la década del ‘30, tanto religiosas, como educativas, culturales y deportivas: la Iglesia Católica San Luis Gonzaga, el colegio del mismo nombre, la biblioteca pública, la Cooperativa Obrera de Consumo, la Banda de Música, el grupo teatral Rerum Novarum, la Comisión del Club Ciclista El Pedal, el Club Náutico El Timón y la Sociedad Colombófila. Las instituciones estaban a cargo de autoridades honorarias vinculadas a la empresa y de los propios trabajadores. 

Hacia el interior de la empresa al ingreso salarial se le suma el salario familiar y premios por casamiento y nacimientos.  

Pero uno de los principales objetivos se centraba en la idea del acceso a la vivienda de los trabajadores. La concepción de que los trabajadores accediendo a la propiedad de la vivienda también adoptarían hábitos más laboriosos y más consustanciados con las costumbres familiares, alejándolos de comportamientos negativos, era parte de esa preocupación por parte de la empresa.

En ese sentido, esa concepción guarda en primer lugar un carácter moral más que social ya que aseguraría la estabilidad y fecundidad del núcleo familiar en linea con los principios expresados en la Encíclica Rerum Novarum, tal como ya se expresó anteriormente. 

Archivo de la familia López - Parra

Hacia 1931 se conforma el primer núcleo de población con la construcción de 44 viviendas en el área territorial denominada Villa Flandria Sur. Posteriormente, en 1936, se continúa con la construcción de viviendas  hacia el otro lado del curso del Río Lujan que, luego conformarían Villa Flandria Norte. Con el aumento de obreros en la empresa también se incrementa la demanda de tierras. Eso motivó que se decidiera lotear nuevos terrenos que la empresa poseía aledaños al primer asentamiento urbano de Villa Flandria Sur. Los diseños de construcción de las viviendas siempre estuvieron a cargo de los trabajadores y no respondían a un lineamiento arquitectónico predeterminado. Sólo se exigían respetar los trazados de  las calles municipales y dejar un espacio en el frente de la vivienda para destinarlo a jardín y huerta. 

En este sentido, desde un principio se promovía el plan denominado Rinconcito de Tierra que apuntaba a destinar una parte del terreno a la instalación de huertas y pequeños corrales para la cría avícola y de conejos. 

Entre 1930 y 1950 la empresa otogó 1200 préstamos sin interés para la compra de lotes y construcción de viviendas. El reintegro se hacía a través de una cuota fija descontada del salario del trabajador.  

Durante la década del ‘40 se crea el Club social y Deportivo Flandria cuyos orígenes se remontan hacia 1940 cuando se inauguró el campo de deportes El Chano (actual cancha del fútbol infantil del Colegio San Luis Gonzaga) que va ser utilizado por trabajadores de la fábrica para la práctica del fútbol. El 9 de febrero de 1941 se conforma oficialmente la institución deportiva conformándose la primera comisión del club.  

Tiempo después formaran un equipo al que se denominará Flandria  adoptando los colores amarillo y negro para indentificarse y comenzar a participar de la Liga Lujanense en donde saldría campeón en el año 1944.  Trás obtener la personería jurídica en 1946, el club se afilió al año siguiente a la AFA iniciando su participación en la tercera categoría del ascenso.

Tapa de la revista El Telar de 1978 -1979

En el año 1952 Flandria logra salir campeón de la primera D, ascendiendo a la primera C. A fines de la década del ‘50 se inicia la construcción del Estadio Carlos V  cuya inauguración se haría el 09 de julio de 1960. El nombre del estadio se relaciona con el nombre Carlos de Habsburgo heredero  durante el siglo XVI de la corona de España (Carlos I) y luego también emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (Carlo V) que incluía la región de Flandes, lugar de origen de Julio Steverlynck.   

En la década del ‘40 también se inauguran la Sociedad de Fomento de Villa Flandria, la Capilla San Juan Berchmans, el registro Civil, el Velódromo, el correo, la sociedad Rinconcito de Tierra, el Círculo Criollo Tradicionalista Martín Fierro y, el Círculo Católico de Obreros. 

La construcción de Villa Flandria era y es señalada como algo más que lo material. Así se desprende de una editorial de la revista El Telar en su publicación del anuario del año 1979, refiriéndose al legado de Julio Steverlynck a cuatro años de su fallecimiento, “Pero no solamente el aspecto social, deportivo y humano en general, procuraba su espíritu, me animaría a decir que toda la parte material debía conducir a una animación espiritual cristiana, que era el alma de su propia vida.” 

En este sentido, los festejos de las fechas emblemáticas de la historia argentina, como el 25 de Mayo y el 09 de Julio, adquieren una relevancia enorme que se traducía en la convocatoria de todas las instituciones educativas, culturales y deportivas  a participar del desfile junto a la comunidad, con la intervención de la banda de música  Rerum Novarum creada en 1937. 

La Textil Algodonera en su época de esplendor y crecimiento llegó a tener en la década de 1960 más de 3000 trabajadores llegando a ser la mayor fábrica textil de América del Sur. Como a muchas empresas industriales golpeadas por la política económica implementada durante la etapa de la última dictadura cívico-militar en la Argentina por el entonces Ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz, en la textil de Jáuregui también se generó un ciclo de derrumbe progresivo en la producción y comercialización.

Archivo de la familia López - Parra

La sistemática estrategia de destrucción del aparato productivo industrial vía eliminación de políticas de subsidios directos e indirectos, la apertura indiscriminada de las importaciones y la valorización financiera especulativa, aceleraron el derrumbe económico de la empresa. Ese ciclo se inicia en la década de 1980 y se profundiza desde los inicios de la década de 1990 con la segunda oleada de políticas económicas neoliberales aplicadas por Domingo Cavallo durante la primera presidencia de Carlos S. Menem y que se mantuvieron vigentes en los años posteriores. 

La quiebra de  la empresa se declara en el año 1995, dando inicio un proceso judicial que se prolongó hasta el año 2001, momento en el cual la Argentina transita en medio de una eclosión económica y una profunda crisis social. En ese lapso de tiempo la empresa queda abandonada hasta el remate de sus instalaciones en ese mismo año. 

Un empresario textil de San Martín, Carlos Diforti, accede a la compra del predio dando lugar al Parque Industrial de Villa Flandria. Gran parte de la historia de Villa Flandria comenzó a ser recuperada en el año 2002 a través de un proyecto de extensión universitaria implementado desde el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján. En el año 2006 finalmente se estableció el Museo Textil y Archivo Empresarial Algoselan Flandria que funciona en las instalaciones del comedor de la vieja empresa.

Recorrer el espacio del museo acompañado por su director Carlos Tuis quien, generosamente, me brinda material bibliográfico que dan cuenta tanto de las actividades de la institución como de la historia de Villa Flandria, es desandar el camino de la historia de Jáuregui y de una Argentina que, hasta mediados de la década de 1970, contaba con un desarrollo industrial que era modelo y referencia para otros países latinoamericanos. 

En el trayecto desde la estación de trenes de Jauregui a través del boulevard San Martín, se encuentran las estructuras edilicias de la iglesia católica San luis Gonzaga, el Colegio y Biblioteca Pública del mismo nombre. Las palmeras imponentes que tiene el boulevard y las fachadas de las viviendas que sobreviven al paso del tiempo, dan muestra de esa etapa de la historia referida. Al acceder al edificio de la sede del Club Social y Deportivo Flandria, tradicional punto de encuentro para actividades deportivas, sociales y culturales.  

Archivo de la familia López - Parra

Aun quedan registros de la sala de teatro, entre otras actividades que allí se realizaban  y hoy continúan como, por ejemplo, la cancha de pelota paleta y las de bochas. En una de las entradas de la planta baja funciona actualmente La Cantina de Flandria.  Al final del boulevard e ingresando por una calle de tierra que llega hasta el puente que atraviesa el Río Lujan, se encuentra el Club Náutico El Timón y el Colegio Inmaculada Concepción. 

Frente al club náutico se ingresa al Campo Escuela Flandes. Cruzando el puente, se arriba al espacio geográfico donde se instaló la Textil Algodonera Sudamericana Flandria S.A. y, en el que actualmente se encuentra el predio del Parque Industrial Villa Flandria. A poca distancia de allí se llega al estadio de fútbol del club Flandria y al predio del Círculo Criollo Martín Fierro.  

La construcción de Villa Flandria como un proyecto de comunidad donde, al decir de su mentor y ejecutor Julio Steverlynck, debía imponerse un entramado institucional para morigerar la injusticia social y sus graves consecuencias sociales a partir de una perspectiva caritativa. Durante la década del ‘40 surgirá en la Argentina un movimiento político y social que luego se reconocería como el peronismo, que plantearía en sus principios doctrinarios la necesidad de imponer la justicia social pero desde una mirada donde la solidaridad reemplazaría al sentido de la caridad. Nacía así un Estado cuyo rol de intervención en lo económico y social cambiaría la sociedad argentina en las décadas posteriores.  

 

Bibliografía 

El Telar. La revista de Villa Flandria, N.º 428, Anuario 1978 – 1979. 

María Marta Lupano, Villa Flandria: ¿Un modelo de utopía social cristiana?, en Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas N.º 63, 1995. 

Claudio Tuis y María Cristina Luchetti, Museo Textil y Archivo Empresarial Algoselán – Flandria: 21 años de compromiso con el territorio, Departamento de Ciencias Sociales de la UNLu.  

Mariela Ceva, María Cristina Luchetti y Claudio Tuis, UNLu, Historia de la localidad de Jáuregui – Villa Flandria. 

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