ANORA NO ES UNA MUJER BONITA DEL SIGLO XXI
Entre noches llenas de alcohol, sensualidad y luces neón, Anora (2024) explora los vínculos entre poder, deseo y sobrevivencia, desafiando las idealizaciones románticas y la dura realidad.
Por Agustina Martinez
Sean Baker es un escritor y productor de Estados Unidos destacado por realizar films independientes, con cierto estilo indie, que reflejan efemérides de la vida real que la sociedad suele ignorar. En este caso, la realidad de las trabajadoras sexuales reflejada en Anora, donde entra en juego el exceso de poder y sentimientos.

El film trata la historia de Ani (Mikey Madison), una bailarina erótica de un club nocturno, que lleva una vida marcada por la marginalidad y la lucha diaria por salir adelante. La rutina siempre es la misma, trabajar de noche y descansar de día, sobreviviendo con la mínima paga dentro de un barrio marginado.
Hasta que un día, la joven atiende en su trabajo a Vanya (Mark Eydelshteyn) , el hijo de un influyente oligarca ruso, que buscaba a una mujer con sus mismas raíces para pasar la noche. De a poco, los encuentros comienzan a ser más continuos por fuera del club, con fascinantes lujos, que solo la élite puede permitirse, y el “comienzo” de un vínculo romántico que Anora siente entre gestos y miradas compartidas. Pero al poco tiempo, fuerzas externas amenazan con romper ese cuento de hadas, dejando entrever una verdad incómoda: ¿es realmente amor, o simplemente un intercambio donde el placer y el poder son la moneda de cambio?
Ahora bien, en las redes sociales y algunos portales de recomendaciones cineastas se ha señalado que la sinopsis tiene similitudes con el clásico film Pretty Women (1990) , donde el encuentro casual entre un empresario (Richard Gere) y una joven prostituta (Julia Roberts) pasa de ser una relación estrictamente laboral ( en la que ella actúa como su acompañante durante una semana de negocios) a un vínculo más profundo, marcado por sentimientos y amor.

Si bien, a simple vista, la trama podría parecer similar, la realidad es completamente distinta. Anora no es esa “mujer bonita», ni mucho menos una mejor versión o relectura realista de Pretty Woman. La realidad de las trabajadoras sexuales es diversa y compleja, con historias sumamente variadas en donde cada relato tiene su propia perspectiva y personalidad, al igual que ambas películas. Por eso compararlas sería una simplificación injusta que ignora las particularidades de cada obra.
Además, ciertas escenas de Anora presentan ese sueño americano desde los ojos de la protagonista, donde vemos como cae en ese ideal cuento ficticio del príncipe encantador, rescatándote de la oscuridad y viviendo un felices por siempre, con mucho amor y comodidades sociales.
Si deberíamos compararlas, se puede decir que la similitud más acertada se muestra en ilustrar las diferentes realidades sociales, los sentimientos reprimos por los personajes y la forma en que el sexo/ las relaciones sexuales se convierte en un lenguaje cargado de significados. Las miradas, los gestos y el contacto físico dicen mucho más de lo que las palabras permiten, creando una conexión que transita entre lo emocional y lo efímero.
Pero el más importante a destacar, es la sensación que muestran ambas mujeres a lo largo de sus historias: el hecho de sentirse o ser vistas como una mercancía, un objeto de intercambio que solo existe para satisfacer necesidades ajenas.
De hecho, un pequeño detalle particularmente simbólico del film de Baker es su título. El nombre Anora está cargado de significados positivos como gracia, luz, alegría. Sin embargo, esta elección contrasta profundamente con la percepción que la propia protagonista tiene de sí misma que hasta evade ser llamada de esa forma.
Determinar si Anora es o no una de las mejores películas del 2024 queda a criterio de cada espectador. Sin embargo, es importante reconocer que no es completamente ajena a ciertos elementos de idealización y romanticismo que evocan las típicas historias de finales felices al estilo americano. A pesar de ello, logra presentar una visión más actual y cruda de las relaciones en “esta generación” : vínculos marcados por lo superficial y una vida que a menudo se vende como aspiracional pero que, en su esencia, puede estar vacía.

Texto y diseño visual por Agustina Martinez.
Es la primera vez que nos encontramos con el portal.
No visualice ninguna de las películas, aún. Sin embargo, en la descripción y comparación de la apariencia y esencia de ambas, pude imaginar y sentir las tramas, como si las palabras leidas retumbasen cual sonido a pesar de la ceguera.
Espero seguir leyendo más presentaciones como esta.
Saludos!